Un servomecanismo es un sistema formado de partes mecánicas y electrónicas que en ocasiones son usadas en robots, con parte móvil o fija. Puede estar formado también de partes neumáticas, hidráulicas y controlado con precisión. Ejemplos: brazo robot, mecanismo de frenos automotor, etc.
El circuito que empleamos fue el siguiente:
domingo, 14 de diciembre de 2008
Servomecanismo
viernes, 12 de diciembre de 2008
Musica con Bobinas de Tesla
Cada bobina tiene poco más de 2 metros de alto y no hay absolutamente ningún altavoz que tercie entre la música y el oído. Sí hay, como te imaginarás, un ordenador conectado a las bobinas, que les asigna (mediante una conexión de cable óptico) las "notas a tocar”.
Cada bobina tesla está conectada a un canal MIDI y a un soft que le asigna su parte en esta orquesta eléctrica. Los responsables de estas maravillas son Steve Ward y Jeff Larson, que se encargaron tanto de la construcción de las bobinas como del software detrás.
Cómo es que escuchamos electricidad? Las bobinas de Tesla son transformadores resonantes gracias a su fuga de inductancia. Como el voltaje de las bobinas es tan alto, esa resonancia se puede oir. Manipulando el voltaje, entre otros factores, los artistas fueron capaces de crear estas hermosas melodías. Sin dudas, esto le da todo un nuevo significado a eso de "música eléctrica".
Leia Mais…jueves, 11 de diciembre de 2008
Podras Cargar tu Celular con tu Voz
La piezoelectricidad es una técnica muy vieja que fue descubierta por los hermanos Paul Jacques y Pierre Curie en 1880 y posteriormente aplicada por primera vez en aparatos de sónar durante la I Guerra Mundial. Apenas se aprovechó en aquellos tiempos por su poco rendimiento energético y sólo en los últimos años comienza a verse implementada en diversos dispositivos, aprovechándose en ellos la capacidad no sólo de convertir la energía mecánica en energía eléctrica sino también a la inversa. Los sistemas piezoeléctricos funcionan esencialmente obteniendo electricidad a partir de la tensión mecánica ejercida sobre determinados materiales, principalmente determinados tipos de cristales. Es decir, si golpeamos un cristal con esa propiedad, se produce electricidad. Y viceversa, si aplicamos electricidad lo que obtenemos es un movimiento o vibración. Hoy día estamos rodeados de aparatos que emplean esta vetusta pero curiosa tecnología. Muchos pequeños dispositivos funcionan con dicha tecnología: relojes de cuarzo, encendedores automáticos y sensores de todo tipo para la industria, entre otros. El principal defecto de los sistemas piezoeléctricos es que producen muy poca energía a cuando se le aplican de vibraciones.
Pero eso ha cambiado gracias Cagin, que implementando la vieja tecnología con la que parece ser la panacea del siglo XXI, la nanotecnología, ha conseguido duplicar los resultados en cuanto a la generación de energía. La clave está en el tamaño, como señalan los autores del estudio en la revista Physical Review B. Los científicos descubrieron que cierto tipo de material piezoeléctrico puede convertir la vibración en energía aumentada al 100% cuando se le fabrica a un pequeñísimo tamaño. Y pequeño quiere decir casi 5.000 veces más delgado que un cabello humano. El efecto piezoeléctrico ocurre en ciertos materiales cristalinos y cerámicos. Al estirarlos o comprimirlos se provoca una separación de carga eléctrica a lo ancho y ésto provoca un voltaje que puede aprovecharse, dicen los autores. “Cuando los materiales son llevados a la dimensión de nanoescala, sus propiedades para algunas características de rendimiento cambian dramáticamente”, señala Cagin. “En este ejemplo con materiales piezoeléctricos, hemos demostrado que cuando vas a una determinada escala de tamaño –entre 20 y 23 nanómetros– realmente mejoras la capacidad de recogida de energía en un 100%.”
Cagin nos habla de un nuevo efecto que ha bautizado como flexoelectricidad. Lo han llamado así porque produce un voltaje al retorcer y doblar el material, en lugar de comprimirlo o estirarlo como en la piezoelectricidad de toda la vida. Los investigadores comprobaron que el efecto puede ser maximizado con ménsulas nanométricas -una especie de pequeñísimo tablero que genera un voltaje- manipulando la forma de éstas. El estudio -en teoría- muestra que el efecto puede hasta triplicar la cantidad de energía disponible, gramo por gramo, de los materiales piezoeléctricos. En los micrófonos y uñetas para instrumentos acústicos se usa este efecto para crear una señal eléctrica con la presión en una onda de sonido o una simple vibración. "Incluso las alteraciones en la forma de las ondas de sonido podrían en el futuro ser "recolectadas" para producir energía en aparatos nano y micrométricos" expresa el profesor Cagin. "Y ésto será posible si logramos procesar y fabricar apropiadamente para este propósito estos materiales" agrega. Esto significa que en vez de generar minúsculos chispazos que apenas sirven para prender un mechero, con esta tecnología se podrá liberar suficiente energía como para recargar un teléfono móvil.
La verdad es que parece una minucia pero si esta nueva tecnología consigue imponerse, se producirá todo un cambio generacional en los aparatos portátiles de todo tipo, no sólo los teléfonos móviles. Según se desprende de los comentarios del profesor Cagin, en cuanto se desarrollen nuevos materiales más eficientes, no será necesario ni hablar para generar las vibraciones sonoras. Con el ruido de fondo será suficiente para que los aparatos funcionen. Esta tecnología tiene mucho futuro en nuestras ruidosas ciudades pero cuando nos dispongamos a viajar al campo mucho me temo que vamos a tener que cantarle una serenata al portátil para que funcione. Bueno, yo ya lo hago con el mío cuando me sorprende con algún pantallazo azul. No quisiera tener que reproducir aquí las lindezas que amorosamente le recito por actuar con tan chistoso comportamiento.
viernes, 5 de diciembre de 2008
Programa que descifra la letra de los medicos
*Es un invento de la empresa Thera de Barcelona.
*Tiene una fiabilidad superior al 95%.
*Este sistema de codificación se llama hCOD.
La empresa Thera del Parque Científico Barcelona, surgida de la Universidad de Barcelona, ha desarrollado una aplicación informática que interpreta el lenguaje natural que escriben los médicos y otros profesionales de la salud cuando redactan sus informes y los codifica automáticamente.
Este sistema es capaz de interpretar las expresiones y abreviaturas que utilizan habitualmente los profesionales de la salud y adaptarse a cualquier sistema de codificación, lo que hace posible su aplicación en todos los ámbitos de atención médica: atención primaria y clínica, servicios de radiología, urgencias o consultas externas, entre otros.
La aplicación se utiliza ya en la Fundacion Puigvert de Barcelona con una fiabilidad superior al 95% y permitirá mejorar la gestión de esta información y el control que tienen los centros de salud sobre su actividad. Además, dispone de un registro más fiable sobre la incidencia de ciertas patologías y ampliará el conocimiento acerca de su sintomatología y evolución.
El sistema de codificación, denominado hCOD, se basa en tecnologías de inteligencia artificial y procesamiento del lenguaje y su nivel de resolución permite detectar la información contenida en los diagnósticos que no es codificable por falta de información clínica. También puede tratar el multi-diagnóstico, corregir los errores ortográficos e incluso operar simultáneamente en diversas lenguas.
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